viernes, 14 de junio de 2013

"Una noche de estrellas alumbró mi corazón", por M. J. M. A.

Estoy pensando en ti, cuando aquella noche, la luz de la luna y las estrellas alumbraban tu cara y la mía.

Recuerdo tanto aquel día, que, con lo tímido que eras, ni una palabra te salía.

Pensé que ese día nunca llegaría. Entre miedo y valentía, susurraste a mis oídos diciéndome:

-"Mira esas estrellas, son para ti y cada vez que las veas ¡¡acuérdate de mí...!!"

Pensé que ese día nunca llegaría y, con una sola noche de estrellas y luna expresaste lo que sentías...

jueves, 13 de junio de 2013

Visita al Barrio de las Letras, por Amalia Daimiel Fernández


Aunque sea poco edificante saber que Quevedo, más ancho que largo (y no es difícil) expropió con gran placer a Góngora de la que fue su casa o que el pobre Cervantes tenía que cambiar de casa más que de ropa. Es verdad que todos sabemos que la mejor y la mayor parte de la literatura surge de la angustia y no de la dicha. Escribía mejor Lope tras el desengaño de Elena Osorio que desde la corta y aburrida paz que encontró en Dios. Y, por supuesto, la difícil vida de Cervantes es directamente proporcional a la genialidad de su obra. Por todo, la visita al Barrio de las Letras, en el que se escenificaron  las tensiones y mezquindades de nuestros grandes autores nos los hace  más asequibles porque algunas de sus historias son las claves de su genialidad.


Pero, lo que más nos satisface es saber que la literatura o el arte tienen la clave de la inmortalidad reviviendo en nuestra mente a través del recuerdo la fuerza de los creadores que se han vertido en sus personajes o en sus poemas. A ellos se los llevó el tiempo pero sus obras se mantienen en nuestro recuerdo. Como Cadalso quiso desenterrar  a su amada actriz en la Iglesia de San Sebastián para superar la desesperación, nosotros hemos resucitado un poco a nuestros autores con un paseo por sus lugares.

Fotos de despedida, por José Antonio Gallastegui




miércoles, 12 de junio de 2013

La aspiradora desengañada, por Jan Carlos Tejada Mosquea

Érase una vez una tienda de electrodomésticos en la que “vivían” un sinnúmero de diversos aparatos extravagantes, que estaban orgullosísimos de las funciones tan útiles que desempeñaban.

Las neveras, por ejemplo, presumían de mantener frías las bebidas, el ventilador, que siempre mantenía una postura recta y un tanto presumida, se vanagloriaba por refrescar a quien le adquiriera, la lavadora de limpiar la ropa y así eran todos los demás, solo les importaba quién lo hacía mejor y quién tenía más calidad.

Pero había alguien diferente, una aspiradora de aspecto triste, solo se dedicaba a ver a los demás compañeros presumiendo y vociferando sus encantos.

La fregona, que era un tanto observadora e inteligente, notó que no era como los demás electrodomésticos y que no mostraba conformidad por sí misma.

Pasaron varios días hasta que la fregona decidió acercarse amablemente a la aspiradora y le preguntó: “¿Por qué siempre estás triste? ¿Qué te impide ser como las demás?”.

La aspiradora se mostró un tanto sorprendida puesto que nunca nadie había tenido un gesto amable con ella y mucho menos le había dirigido la palabra.

“Mira a nuestro alrededor son todos maravillosos, tienen grandes e importantes funciones y  yo solo fui creada para la inmundicia”, y a pesar de tener una linda imagen, mi uso no me proporciona el valor que merezco.

La fregona – tras unos minutos de silencio –  le brinda una sonrisa con una pizca de sarcasmo, y le contesta –“pero mírame a mí -le dice mirándole a los ojos- yo hasta el pis de perro tengo que secar y no solo eso, mi amo me tira  del pelo cada vez que el suelo está sucio y mojado, y aun así pienso que no es motivo para derrumbarme, a mí no me interesa que  reconozcan mi valor, en mi interior sé lo que valgo y es mi fuerza para vencer todo obstáculo y ser feliz como soy”.

La aspiradora avergonzada, se dice en sus adentros, “Dios, en qué estaría   pensando,  mira esa pobre fregona cuál es su destino y yo quejándome”.

La fregona se despide, pero antes le dice: “Sé feliz como eres y lo que hagas hazlo con amor  y esmero y eso, solo eso, te hará grande”, y mientras hablaba se iba alejando.

Al pasar  un tiempo entra una señora y pide opinión por un electrodoméstico que le facilite el día a día. Entre cientos de ellos la aspiradora fue agraciada.

En ese momento supo su valor, no por ser seleccionada, sino por la conversación que tuvo con esa encantadora fregona y prometió hacer su trabajo con amor y alegría.

martes, 11 de junio de 2013

"La visita", por Victoria Martínez

Los hijos vienen a verme, porque los echo de menos,
pero cuando se me van, mi corazón queda muerto.

Qué alegría cuando vienen, qué pena cuando se van.
Ellos ya no se dan cuenta que me quiero marchar ya.

En la cama yo me meto, pensando que voy a soñar,
pero cuando me despierto, yo veo que tú no estás.

Mi marido me quería, yo a él un poco más.
Pero cuando lo decía, se enfadaba de verdad.

Porque el pobre me decía...
Yo por ti, me dejaría matar.

Por qué no vienes a verme, que yo te sigo esperando,
que yo me muero por verte y no estás para remediarlo.

Porque desde que te has ido, triste es la soledad,
la vida sin tu presencia ya no es igual.

Los hijos vienen a verme, para mí ya no es igual...
Por mucho que abro los ojos yo veo que tú no estás.

Cuando te fuiste juré que no te iba a olvidar...
Yo te juro por mi vida que tú en mi memoria estás.

Que te quise más que a nadie y jamás podré olvidar...
Porque eras de las personas, de las buenas, la que más.

"El recuerdo de una hija", por Victoria Martínez

Yo le pedía a Dios que una hija me mandara.
No me figuraba nunca que luego me la quitara.

Y tenía cuatro años, cuando Dios se la llevó
y recuerdo su sonrisa, su mirada y su voz.

Pasaron cincuenta y cuatro años que no olvido yo.
Espero que algún día se reencarne en una flor.

Hija mía qué vacío me dejaste al marchar,
espero que algún día a tu lado pueda estar.

Allí tienes a tu padre, tu sobrino de verdad;
ya no estás sola, en el cielo a ellos puedes abrazar.

Yo ya le dije a tu padre que tu madre no te olvida.
Os tengo en el pensamiento, para mí los tres sois mi vida.

"Tú para mí fuiste todo", por Victoria Martínez

Tú para mí fuiste todo, las penas, las alegrías...
Y yo fui la más feliz hasta el final de tus días.

Han pasado cuatro años y yo te sigo esperando
Porque el amor es así cuando se quiere de veras
Y no se puede romper aunque le pongan cadenas.

Tú para mí fuiste todo... Casados cincuenta y seis,
La vida sin tu presencia parece que no puede ser.

A veces el desconsuelo y el destino van muy juntos...
Porque dos cuerpos ahora los pobres no están juntos.

"La clase", por Victoria Martínez

Qué os parece, somos diez...
la clase vacía se ve.

Isabel, buena compañera...
en la mesa la primera.

Rosa, tú tienes nombre de flores...
en el jardín de tus sueños adornan de mil colores.

Eredita , para heredar la primera...
invitarás a tus compañeras.

Agustina, pobrecita...
de vez en cuando se pone malita.

Antonia, a ti te digo que yo...
que por ser buena vecina, que te quiero un montón.

María, yo no sé qué ponerte...
te deseo mucha suerte.

Guillermo, buen compañero...
por amable y caballero.

Yoli, eres una buena chica...
además muy jovencita.

Angelita, como buena compañera...
estarás a mi lado la primera.

Victoria, anda... pues no sabe escribir...
y poesías nos quiere decir.

Mario, el profe... Un buen profesor, enseñando es el mejor...
además, un gran señor.

lunes, 10 de junio de 2013

Tarta de galletas con flan y chocolate, por Isabel Pérez

Ingredientes:
  • Galletas.
  • Sobres de flan.
  • Azúcar.
  • Leche.
  • Chocolate a la taza.
  • Fideos de chocolate.
Preparación:
  1. Poner dos cazos al fuego con leche.
  2. Con uno seguir las intrucciones que vienen en el sobre del flan (habrá que añadir azúcar).
  3. Con en el otro prepar chocolate a la taza.
  4. Cubrir una fuente con galletas remojadas en leche.
  5. Sobre la primera capa de galletas añadir una capa de flan.
  6. Sobre el flan, poner otra capa de galletas remojadas en leche.
  7. Sobre la segunda capa de galletas añadir una capa de chocolate.
  8. Repetir el proceso (galletas, flan, galletas y chocolate).
  9. Meter la fuente en la nevera 24 horas.
  10. Antes de servir, decorar con fideos de chocolate.

miércoles, 5 de junio de 2013

El museo de América: Tibor, por Liceth Alexandra Yañez Chinchay


Se descubrió en México, y data del siglo XVII

Es una vasija destinada a contener agua, a la que el barro utilizado en su elaboración comunicaba un aroma muy preciado.
Los alfares crearon un conjunto variado de obras, que fueron admiradas y atesoradas por una parte de la nobleza europea. Está recubierto en sus dos frentes por una policromía de vivos colores, en la que se alternan los motivos vegetales con los animales.

El museo de América: Vasija, por Liceth Alexandra Yañez Chinchay


Se descubrió en Perú, y data de los años 50-650.

Es una vasija de forma globular, cuello cilíndrico, boca troncocónica y decoración polícroma con gran riqueza de colorida.
El motivo pictórico representa dos personajes iguales diametralmente opuestos, con el cuerpo de perfil y la cabeza de frente, adornada con una banda que sujeta el cabello y una larga lengua colgante, portando en el torso una cabeza trofeo.
El cuello de adorna con motivos geométricos de escalones y grecas.
La expresión plástica temática decorativa y calidad técnica le dan el carácter de cerámica funeraria-ritual.

El museo de América: Kero, por Liceth Alexandra Yañez Chinchay



Se descubrió en Perú, y data de los años 1438-1534.

Es un vaso de madera tallada de manera naturalista, en forma de cabeza de jaguar.
Muestra sus fauces y con una decoración pintada que reproduce las características manchas de este felino y rasgos de la cabeza, con colores negro, rojo, blanco, ocre, rosado y verde.

El museo de América: Estela de Madrid, por Liceth Alexandra Yañez Chinchay


Se descubrió en México, y data del período clásico tardío (600-800)

Constituye uno de los bajorrelieves esculpidos que sostenían el trono de Palenque en una de las salas del patio central del palacio.
La talla representa uno de los cuatro Bacabs, dioses que, según la mitología maya, sujetan la bóveda celeste sobre la tierra.
Inidentificado como tal por la red que ata su cabello, está sentado sobre la cabeza de un monstruo Imix.
En la estela aparece también una inscripción con seis glifos, referidos a la madre del rey Pakal.
Recogido en la primera excavación arqueológica realizada por Antonio del Rio en 1985 bajo los auspicios de la Corona española.

El museo de América: Figura de Cacique, por Liceth Alexandra Yañez Chinchay


Se descubrió en Colombia, y data de los siglos del VI al X.

Es una vasija antropomorfa realizada mediante la técnica de la cera perdida, que representa una figura masculina desnuda, y sentada en un asiento ceremonial y ricamente ornamentada.


El museo de América: Canchero o Tostador de Maíz, por Carlos Richard Ríos López


Se descubrió en Perú, y data de los años 100-750.

Es una vasija ceremonial que simula la forma de un "canchero" o tostador de maíz.
Lleva decoración de motivos geométricos y parecen imitar o representar dibujos geométricos, abstractos y simplificados del motivo de la manta-raya o "life", muy común en la iconografía moche.

El museo de América: Colgante de Oro, por Carlos Richard Ríos López


Se descubrió en Costa Rica, y data de los años 750-1500.

Es un colgante de oro que representa un ave de pico largo y curvado, con las alas desplegadas y la cola bifurcada y laminar.
Las garras sobresalen del cuerpo.
El máximo esplendor de la orfebrería prehispánica deCosta Ricatuvo lugar en las sociedades tardías (700-1550 d.C.) desarrolladas en la denominada subregión Diquis que, junto con el noroeste de Panamá, conforman hoy la subárea arqueológica del Gran Chiriquí.


El museo de América: Hacha Ceremonial, por Carlos Richard Ríos López



Se descubrió en Perú, y data de los años 1470-1532.

Es un hacha ceremonial plana, de forma trapezoidal con apéndices y decoración geométrica cincelada.
Existe un amplio repertorio formal y estilístico de hachas prehispánicas. Algunas de ellas, como las realizadas en metales nobles o bronce, muestran elementos decorativos de gran valor simbólico y ritual.
En cambio otras, habrían tenido un carácter utilitario presentando incluso huellas de desgaste producidas por su uso en actividades específicas.

El museo de América: Figura Escultura lítica, por Carlos Richard Ríos López


Se descubrió en Costa Rica, y data de los años 1000-1500.

Es una escultura que representa a un personaje masculino de pie, con una cabeza-trofeo entre las manos a la altura del vientre. El carácter saliente de la mandíbula y, en general de todo el rostro, indica que podría tratarse de un personaje que portaba una máscara.


El museo de América: Introducción, por Jennifer Rodríguez Muñoz

El Museo de América se creó por Real decreto el 19 de abril de 1941. Pocos años después, en 1943, se encargó el proyecto arquitectónico de la actual sede de estilo historicista y neocolonial. Concebido como sede del Museo, albergó distintas instituciones hasta 1984, momento en que se iniciaron reformas que finalizaron en 1994, año en que inauguró la actual exposición permanente. Las colecciones más antiguas pertenecen al Real Gabinete de Historia Natural, fundado en el siglo XVIII con piezas procedentes de las primeras excavaciones arqueológicas y objetos etnográficos recogidos en expediciones científicas y de descubrimiento. Estas colecciones pasaron, en 1868, al Museo Arqueológico Nacional y se integraron en su Sección Etnográfica hasta su definitiva instalación en este Museo. Desde entonces, y a lo largo de los siglos XIX y XX, hubo compras y donaciones que ampliaron la colección. A partir de 1940, se creó una importante colección de arte colonial. En la actualidad, las colecciones se exponen siguiendo un criterio antropológico. La exposición se estructura en cinco áreas dedicadas al conocimiento de América y a la presentación de la realidad americana; a las sociedades que han coexistido en el continente; a la religión, referida tanto al mundo indígena como a la época colonial y, por último, a la comunicación. El Museo se encuentra ubicado en la Ciudad Universitaria, en un altozano que favorece su visibilidad, aunque no tanto el acceso. Dispone de servicios útiles para el visitante, tales como la biblioteca de consulta, cafetería, tienda, sala de actos, cesión de espacios, archivo documental, facilidades para discapacitados, etc.

Fotos de Pastrana

























Los espejos cóncavos y convexos del Callejón del Gato


MAX: Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.
DON LATINO: ¡Miau! ¡Te estás contagiando!
MAX: España es una deformación grotesca de la civilización europea.
DON LATINO: ¡Pudiera! Yo me inhibo.
MAX: Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.
DON LATINO: Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato.
MAX: Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.
DON LATINO: ¿Y dónde está el espejo?
MAX: En el fondo del vaso.
DON LATINO: ¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo!
MAX: Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España.
DON LATINO: Nos mudaremos al callejón del Gato.
Luces de Bohemia, por Valle-Inclán

Microrrelato "Madre Tierra", por Esmeralda Corisco

Fui a un lugar que no hubiese sido tocado por la mano del hombre. Andando por el bosque olía el final de la primavera, la lavanda lo impregnaba todo. Me paré a coger moras, se oía a un cuco cantar, me iba llenando de energía. Llegué a una garganta, oía correr el agua llenándome de bienestar. Salté de una piedra al agua, estaba fría, cada músculo se fue relajando con el agua fresquita y pura. Me fui relajada y no me hizo falta ningún spa. Nada mejor que la Madre Tierra para hacerte sentir bien.

Microrrelato "Yo la amaba", por Hugo Pulgar Albillo

Yo la amaba demasiado, una lágrima recorría su rostro y moría en sus pies, donde estaban rotos sus recuerdos, ilusiones e incluso el alma.

Microrrelato "La madre", por Martina López Avilés

La maternidad es el vínculo más fuerte que existe entre las personas, desde la propia concepción hasta el fin de la existencia.

Madre, incluso, sin estar aquí, sigues presente en mi vida. Te echo tanto de menos cuando estoy triste... necesito tu consuelo, al igual que cuando estoy contenta y necesito compartir  mi alegría.

De pequeña me alimentaste, cuidaste, me protegiste, ahuyentabas mis miedos, te alegrabas de mis avances y triunfos, y me dabas aliento y fuerza en los fracasos para seguir adelante. Tú presencia y amor era tan habitual  que ni siquiera lo notaba hasta que lo perdí.

En mi vida, en realidad poco ha cambiado, ahora son más grandes mis temores y menos firme mí mundo. Pero sigues, allá donde estés, dándome fuerza para seguir manteniéndome de pie y afrontar las cosas de cara.

martes, 4 de junio de 2013

Microrrelato "El tren", por Luis López García

Un pastor al que el tren mató a su rebaño fue a la ciudad. En una tienda de juguetes, ve un tren en miniatura. Sin previo aviso lo empezó a romper. El dependiente asustado le preguntó: "Señor, señor ¿por qué rompe ese pobre tren?" a lo que el pastor respondió: "Mejor romperlos ahora que dejarlos que crezcan".

Microrrelato "El espejo", por Daniel Fernández Moreno

Desde pequeño te empeñas en conseguirlo; pero un día te miras en el espejo y comprendes que siempre será un sueño.

Varios microrrelatos, por José Antonio Bravo

1. Una tarde en el parque ella me abrió su corazón, y yo entusiasmado cogí un cuchillo, me lo clavé en el pecho, me saqué el corazón y se lo regalé.

2. El preparaba el café y se sentaba a su lado a conversar. Pasaban los días y se repetía siempre el mismo ritual. Cincuenta años de amor y compañía. Hasta que el hedor a los vecinos llegó y llamaron a la policía.

3. Todos mis contactos de correo electrónico han pasado a ser parte de mi familia: apenas me escriben.

Varios microrrelatos, por Antonia Torres

1. Aquel atardecer se cernía sospechosamente sobre mí, sus malas intenciones eran evidentes y hacían presagiar lo peor, en efecto, poco después fue lunes...

2. "¿Y qué hay de mi?" preguntó ansiosa y desesperada mientras Lucía firmaba su nuevo contrato laboral... Aquel día, Dignidad, apesadumbrada y triste descubrió su nueva realidad.

Varios microrrelatos, por Aloe Zou

1. El día no entiende la oscuridad de la noche.
2. Llovía, cogí el paraguas, salí, pero paró de llover.
3. Hablar es fácil, hacer no.
4. Nadie puede sentir el dolor que uno siente mismo.
5. La promesa es fantasía.
6. Lo que no olvidas son vuestros recuerdos bonitos, no él.
7. Si el mundo te abandona, yo abandonare el mundo para estar contigo.
8. Dicen que, vivimos enmascarados.
9. Tú eres la protagonista de tú vida, no otros.
10. Yo te miro, tú la miras, te hablo, y solo escuchas a ella.
11. Corriendo detrás de él, le alcancé, me caí, y me desperté de mi sueño.

Microrrelato "Llegada de la primavera", por Toñi Ferrero Carbajo

Hacia los altos nidos de las nieves en las montañas lejanas, cuando el invierno afloja, corren las nubes.
Hacia los altos nidos de las nieves se retira el silencio de los campos, vuelve la tierra transfigurada de su letargo y hay agua azul en las acequias, sigue en los cursos.
Pasan las primaveras aves migratorias.

Microrrelato "La sonrisa", por Toñi Ferrero Carbajo

¡Es barata medicina, mueve todo el cuerpo, 360 músculos se ponen en funcionamiento.
Es contagiosa, cuando la oyes ja, ja, ja! ¡Ay! qué risa!
Una sonrisa no cuesta nada, la mejor terapia. Alegra al que está triste.
Una de las mejores terapias.
Es el mejor de los regalos ¡SONRIE, SONRIE!

Microrrelato "El otoño", por Toñi Ferrero Carbajo

De bellos colores se visten los parques, parece que una alfombra cubre sus caminos.

Al caminar suena como un crujido ¡crush! pareciera ser una almohada blandita. Una a una van cayendo, impulsadas por el viento, amarillas, ocres, verdes, rojizas se despojan los árboles de su vestimenta. ¡Los árboles tristes desnudos quedan!

Microrrelato "La historia de un lapicero", por Begoña del Barco

Lo encontró en un estuche olvidado. Era de madera, de muchos colores y había compartido muchos abecedarios con él y por esa misma razón no quería volver a utilizarlo y deseaba conservarlo. Con él, había aprendido a escribir, a sumar y restar. Cerró la cremallera del estuche y lo volvió a guardar, era su primer lapicero. La historia de su lapicero.

La torre de levante del palacio ducal de la villa de Pastrana, por José Antonio Bravo

Foto de la torre de levante del palacio ducal de la villa de Pastrana mandada construir por Doña Ana de la Cerda “Princesa de Éboli".

Por sus intrigas en la corte la Princesa de Éboli fué detenida y en esta torre estuvo prisionera por orden de Felipe II desde 1581 hasta su muerte en 1592.

La ruta de Alvargonzalez, por Begoña del Barco

Imagino que Antonio Machado se enamoró de esta tierra por este paisaje: